La cama de nuestro perro

Los perros pasan una gran parte del día en la cama, tumbados y durmiendo. Aproximadamente, un perro duerme 16 horas de media o incluso más en determinadas razas y edades.

Más de media vida durmiendo, o descansando, ya que la mitad del sueño es profundo y la otra mitad es vigilia.

Debido a esa vigilia, nuestro perro necesita muchísimas horas de descanso. Su instinto primitivo es el responsable de que esa fase de vigilia sea tan larga y permanezca atento a los posibles peligros, aunque en nuestro hogar estén completamente protegidos.

Perro con dueña en cama

Es evidente que el sofá y la cama les encanta, y es que es el lugar ideal de descanso para ellos, es cómodo, ligeramente elevado y, además, si están a nuestro lado, estarán más que encantados. En España casi el 20% de los perros duermen en cama con sus dueños, el 42% en Países bajos y el 50% en Estados Unidos. ¡Casi nada!

Pero ¿cuál es la cama ideal de nuestros perros?

Es importante que dispongan de un lugar exclusivo para ellos, aunque después les permitas dormir en el sofá o en la cama. A los perros les gusta tener un lugar al que retirarse a descansar, solos, tranquilos y, sobre todo, protegidos. Su espacio les da muchísima seguridad. Lo ideal sería que ese espacio fuese su cama desde siempre.

La comodidad de la cama es importante, así, por norma general, a los perros de gran tamaño les encantan las camas amplias, mullidas y acolchadas. A los perros pequeños, además de una cama mullidita, les gustan los huecos recogidos, con forma de caseta o iglú en el que "refugiarse".

La facilidad para sacar la cama del hogar es un plus. Si tenemos que mudarnos o tienen que pasar un tiempo fuera de su casa, su cama les va a aportar mucha tranquilidad y ese plus de "antiestrés" al sentirse como en casa.

Elección de la cama

Existen miles de opciones en el mercado, pero no siempre es fácil dar con la cama ideal de nuestro perro. Podemos fijarnos en una serie de características para esa elección: el material, el tamaño, la forma y el grosor.

El material tendrá que ser confortable, sin muchas costuras o adornos molestos, suave y fácil de limpiar y lavar.

Si es un material antialérgico, mejor que mejor. La facilidad para limpiarlo, ventilarlo y lavarlo es fundamental, ya que evitarás la molesta aparición y acumulación de parasitos y pulgas. Recuerda limpiar la cama y ventilarla con regularidad.

Cuidado con la temperatura. Si el hogar es muy cálido, les encantará que el material de la zona de descanso sea lo más fresco posible y no le de mucho calor. Si es fría, el aporte extra de calor que proporcione el material les encantará.

Podemos incluso cambiar el material dependiendo de la estación, en verano más fresquito y en invierno más caluroso.

Perro sentado en cama cuadradaRevisa la parte de abajo de la cama tras horas de sueño, es posible que tenga condensación, se acumule y acabe mojando la cama y dando lugar a la aparición de parásitos. Elevar un poco la cama favorece la ventilación, como en nuestras camas, y evita esa condensación.

Una cama gruesa y no muy dura es, por norma general, su predilección. Actualmente existen materiales extra cómodos, como pueden ser los colchones memory foam y viscoelásticos. Los huesos y articulaciones de tu perro lo agradecerán.

El tamaño de la cama ha de ser adecuado al tamaño actual del perro, es lógico pensar en comprar una camita grande cuando es un cachorro para que le sirva cuando crezca, pero es un error.

Piensa que tu perro busca un espacio donde sentirse protegido y sobre todo un lugar seguro y no lo sienten así cuando en su cama podrían dormir 3 perros más. Es muy importante que no le sobre mucho espacio, que se sienta protegido y recogido.

Observa como duerme y si lo hace estirado, enrollado o semienrollado. Así sabrás la forma de la cama que necesita. Las camas redondas son ideales para los perros que duermen enrollados, las ovaladas para los que disfrutan en posición semienrrollados y las cuadradas para los que cambian de forma durante el sueño.

Un iglú o caseta también suele agradar a nuestros perros, sobre todo a los más pequeños o miedosos. Ese aporte extra de protección hace que duerman y descansen doblemente.