Revisión de glándulas anales. Revisión y prevención en la salud del animal.

¿Qué son las glándulas anales?

Las glándulas anales las encontramos en muchos animales, no solo en los perros. Gatos, hurones y otros mamíferos cuentan con ellas.

Son dos sacos situados a ambos lados del ano. Expulsan un líquido marrón/amarillento impregnado de un fuerte olor y cumplen una triple función: lubricación, marcaje y comunicación.

  • Lubricación: Durante la defecación, las glándulas anales cumplen la función de lubricar el ano expulsando líquido.
  • Marcaje: Con las glándulas anales y su olor, nuestro perro deja su rastro. Gracias al funcionamiento de las glándulas anales de los demás animales que van dejando su rastro, nuestro animal olfatea los espacios y reconoce a los demás.
  • Comunicación: Cuando, por ejemplo, dos perros que se encuentran se olisquean el trasero están intercambiando información (sexo, estado de ánimo, estado de salud…).

Glándulas anales de perro¿Cómo reconocer un mal funcionamiento de las glándulas anales?

Un gracioso gesto (para los humanos) que puede esconder un mal funcionamiento de estas glándulas es el que vemos cuando nuestro perro arrastra su trasero junto con las dos patas de atrás, caminando únicamente con las dos patas delanteras.

De la misma forma, un lamido muy frecuente en la zona, intenso olor desagradable en el animal, fiebre, desgana o rabo bajo pueden ser algunos de los indicadores de un mal funcionamiento de estas glándulas.

¿Qué debo hacer si sospecho que mi animal puede tener un problema en sus glándulas anales?

En situaciones normales, las glándulas se vacían solas; pero si no lo hacen pueden surgir problemas.

Lo más recomendable es acudir siempre al veterinario.

Nunca manipularemos sin conocimiento estas glándulas, pues es probable que nuestro animal sufra consecuencias y que, además, no consigamos el vaciado de las mismas.

El veterinario se encargará de vaciarlas y de indicarnos, si fuese conveniente, cómo debemos hacerlo en casa de una manera segura para el animal.

¿Existe algún tipo de prevención?

Una higiene regular, una buena alimentación, el ejercicio y el vaciado periódico (en caso de ser necesario) mantendrán las glándulas de tu animal en perfecto estado, repercutiendo positivamente en su salud y bienestar.