Salomón, El perro de la Meninas
Como no podía ser de otra manera, nuestro homenaje al proyecto maravilloso de Las Meninas de Canido se centra en la mastín o el mastín que aparece en el famoso cuadro de Velázquez Las Meninas o La familia de Felipe IV, uno de los más famosos cuadros españoles de la historia, pintado por Velázquez en 1656.
Cabe destacar que el perro aparece en primer término, es la primera figura del cuadro y una de la figuras principales en la composición de la obra. Evidencia así la importancia de los perros en la corte y la cercanía con los reyes y su familia y también con Velázquez, el gran pintor del Siglo de Oro español que era un amante de los perros.
Morales Padrón en "Los perros en la pintura" señala que el mastín de las Meninas está plasmado con la intención de acentuar el sosiego del ambiente, y ciertamente así es.
El mastín aparece, casi, en total reposo, horizontal, perpetuando así la idea de calma. Ha levantado la cabeza de su siesta, justo en el momento en el que es molestado por el enano Nicolasito Pertusato, que entra en la escena para indicar con el pie al can que se mueva o simplemente para incordiarlo. El mastín levanta la cabeza pero apenas se inmuta, sigue adormilado.
Nicola Pertusato también conocido como Nicolás Pertusato y Nicolasito Pertusato, fue un enano italiano al servicio de la corte española durante los reinados de Felipe IV y Carlos II.
Poco se sabe del mastín y los expertos no se ponen de acuerdo en si realmente fue un perro de Felipe IV o si fue una metáfora del pintor para representar la fidelidad, acentuar la serenidad y tranquilidad. Creemos que es muy probable que el perro sea real, ya que en el retrato de Felipe IV cazador, pintado por Velázquez posiblemente entre 1632 y 1634, aparece también un mastín, evidentemente no puede tratarse del mismo por la diferencia de casi 20 años entre una obra y la otra, pero sí evidencia el gusto por la raza del rey Felipe IV.
El mastín español es un perro muy ligado a la Península Ibérica y es lógico que siendo una raza tan increíble, sea esta la elegida por la corte y por Velázquez para su obra maestra.
Stowe's Annual, un libro de referencia, apuntan a que el perro desciende de dos mastines de Lyme Hall en el condado de Cheshire, Inglaterra, entregados a Felipe III en 1604 por Jaime I de Inglaterra. Estos, o sus descendientes inmediatos, son ciertamente los perros tipo mastín que se muestran en los famosos retratos de los niños reales españoles. La familia Legh de Lyme Hall, Cheshire, a quienes Ricardo II (1377-1399) les dio su propiedad, mantuvo y crió mastines durante muchas generaciones.
De todos los países que utilizaron el mastín, fueron los británicos quienes lo mantuvieron en su forma más pura, y es a ellos a quienes debemos el mastín de hoy. Mantuvieron a los mastines para proteger sus castillos y propiedades, soltándolos por la noche para alejar a los intrusos. Se dice que Enrique VIII le entregó a Carlos V de España un regalo de 400 mastines para usar en la batalla. La familia Legh de Lyme Hall, Cheshire, a quienes Ricardo II (1377-1399) les dio su propiedad, mantuvo y crió mastines durante muchas generaciones.
¿Salomón?
Según el escritor Néstor Luján, el mastín retratado se llama León, el líder de la jauría de Felipe IV, que habría llegado a vivir más de 15 años. Otros escritores, como Miguel Fernández-Pacheco, lo llaman Salomón.
Verdadera historia del perro Salomón, el cuento.
Verdadera historia del perro Salomón es el título del cuento de Miguel Fernández-Pacheco que aconsejamos sobre todo para niños de entre 8 y 10 años.
Este ingenioso y original cuento está inspirado en la figura del gran mastín que Velázquez pintó en el ángulo inferior derecho de su cuadro Las Meninas. Según esta historia, el perro podría tener apariencia de tal, pero ser en realidad un galán enamorado, víctima del hechizo de un hada. La obra, muy bien escrita con estilo de reminiscencias léxicas arcaizantes, ha obtenido en 1999 el Premio Internacional de Ilustración de la Fundación Santa María. Tanto el texto como la parte gráfica, debida a Javier Serrano, son de notable calidad, pero requieren un público ya habituado a la lectura, de nivel cultural por encima de la media. © Reseñas bibliográficas Fundación Troa.