bebé y perro durmiendo placidamente juntos

Un nuevo miembro llega a la familia… Presentaciones peludas

Cuando alguien nuevo llega para instalarse en el hogar (ya sea un bebé, un niño o un adulto) es importante no olvidar el cambio que eso supone para nuestros animales.

La tenencia responsable de un animal no engloba solamente los cuidados necesarios para mantener su salud, alimentación y estímulos diarios, si no que implica el ayudar al animal a gestionar este tipo de cambios en el núcleo familiar.

Por todos es conocido algún caso de animal desplazado al llegar a casa una persona nueva: animales que antes vivían en interior y ahora están atados fuera, animales que dejan de recibir sus cuidados diarios, perros que dejan de salir a pasear, falta de asistencia veterinaria, empeoramiento de la alimentación… En muchas ocasiones, tristemente es el animal el que paga las consecuencias. Animal que nosotros decidimos meter en casa.

Debemos recordar que desde el momento en el que decidimos incluir a ese animal en nuestra familia es (o debería ser) de manera permanente y siempre con las mismas condiciones en cuanto a su cuidado. Esto nos ahorrará problemas a la hora de introducir a un nuevo miembro en casa y al animal le asegurará el bienestar que merece siempre, al margen de las idas y venidas familiares.

madre presentando a bebé al perroEntonces… ¿Cómo debemos actuar?

Siempre que un nuevo miembro se incorpora a la familia, ya sea temporal o permanentemente, conviene recordar cuatro puntos básicos a trabajar con nuestros animales que, como sabemos, eran ya miembros de nuestra familia anteriormente.

Las semanas previas.

Si nuestros horarios van a cambiar, lo ideal es acostumbrar a nuestro perro, gato, o animal que sea, a esos horarios con un poco de previsión.

Horarios de paseos, comidas, juegos, momentos de relax… Las semanas previas son ideales para ir realizando los ajustes horarios necesarios para la realización de estas actividades.

Los olores.

Cualquier persona que conviva con animales sabe lo importante que es el olfato para ellos. Por esta razón es conveniente acercarle alguna prenda u objeto que sea de la persona que se incorporará a la familia (si contamos con ella). Si no es posible, algo que el nuevo miembro vaya a usar.

La llegada.

Atiende al animal, él querrá saludarte, sobre todo si llevas unos días fuera. Puede ser el caso de una madre que vuelve del hospital con su hijo, cualquier otro miembro de la familia que hace tiempo que no está en casa y llega con un acompañante… Sea como sea, dedícale un tiempo al animal que probablemente esté deseoso de recibir tu atención y contento por verte de nuevo.

padre presentando a bebé al perroEl “desconocido”.

Las presentaciones han de hacerse en un entorno relajado, con espacio, sin gritos ni tirones.

En el caso de un bebé, permite que el animal lo huela (si previamente ha podido olfatear algo suyo, lo reconocerá), que sea acerque e investigue. Si sabemos que nuestro animal es brusco o no estamos seguros del todo, podemos ponerle una correa, eso sí, nunca le daremos tirones.

Este tramo de la presentación puede durar varias etapas, dependiendo del animal, su predisposición y nuestra capacidad de gestión.

En el caso de una persona adulta, podemos hacer una pequeña presentación fuera de casa (si contamos con un pequeño jardín o finca que forme parte de la casa) para después pasar al interior. Hablar con la persona y explicarle cómo es nuestro animal puede ser de gran ayuda, pues en muchas ocasiones es esa persona la que, sin mala intención, pone nervioso al animal. Si nuestro animal no tolera bien los tonos altos, los movimientos bruscos, las caricias sin confianza, que lo agarren… Es conveniente decírselo a la persona que viene al hogar, porque no debemos olvidar que la adaptación es una cosa de dos y no un trabajo a realizar únicamente por el animal.

La calma y la paciencia en caso de no conseguir los resultados esperados son clave. No olvidemos que nuestros perro o gato lo único que desea es seguir disfrutando de su hogar y sus miembros. Trabajando estos puntos y haciendo uso de profesionales en caso de ser necesario (veterinarios, etólogos, educadores caninos…), conseguiremos casi con total seguridad una integración perfecta.

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